La criminalización de los movimientos sociales en Guatemala se torna cada vez más evidente. Los últimos 18 meses se han caracterizado por campañas de difamación en los medios de comunicación, amenazas contra dirigentes y aumento de la militarización. Daniel Pascual, dirigente del Comité de Unidad Campesina (CUC), es una de las personas que ha sufrido ataques verbales y físicos de los opositores.
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