Lo sucedido el 4 de octubre es trágico para el país. Primero por las víctimas, 8 muertos y decenas de heridos, otra vez de origen maya. Segundo, porque hay indicios insoslayables de que fue a manos de miembros del Ejército. Hecho que obliga a que si se quiere cambiar la historia, debe ser tácitamente reconocido. Sin embargo, parece que hay un empeño expreso nuevamente en tergiversar los hechos e imponer la verdad del gobierno.
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