A Plataforma Agraria le preocupa el enfoque con que el gobierno de Álvaro Colom está abordando la crisis alimentaria, ya que las medidas que está planteando tenderán a debilitar más a las economías campesinas. La liberación del comercio en un momento de crisis desalienta la producción interna y atenta contra la soberanía alimentaria del país.
Las economías campesinas combinan conocimientos agronómicos tradicionales con elementos modernos, con lo cual desarrollan una relación estrecha con el bosque y el suelo; sus diversas actividades pueden generar fondos para financiar el corto y largo plazo; son capaces de ofrecer sus excedentes al mercado externo; y en momentos de crisis generar autoempleo. Estas características, que podrían y deberían potenciarse, se ven más bien debilitadas por un proceso de apertura comercial y desprotección arancelario.
Aunque las tierras del país podrían alimentar a toda la población, el hambre y la desnutrición en Guatemala prevalecen debido a la concentración de los recursos, que se destinan a la agro-exportación en detrimento de la seguridad alimentaria. Funcionarios gubernamentales y de organismos internacionales deben recordar que los pequeños y medianos productores han alimentado históricamente a la población.
Es urgente que funcionarios gubernamentales y de organismos internacionales se despojen del estereotipo que homogeniza al campesinado y considera que su único fin es la sobrevivencia. Es urgente que el gobierno coloque a las economías campesinas en el centro de las políticas públicas; y garantice que los grandes productores cumplan las leyes laborales para asegurar el acceso a alimentos de trabajadores y trabajadoras.
Guatemala, 4 de junio de 2008
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